El nombre de la familia Göring está indeleblemente asociado a Hermann Göring (1893 – 1945) Mariscal del Reich, notorio líder nazi y criminal de guerra. Sin embargo, lo que pocos saben es que Albert, su joven y poco conocido hermano, era su antítesis – un héroe del Holocausto que se dedicó a salvar cientos de Judios y disidentes políticos, perseguidos por el mismo régimen que su hermano había ayudado a forjar.

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Mientras que su hermano mayor, Hermann era conocido por su destacada personalidad autoritaria, grandilocuente, Albert Goering (que se muestra aquí en una foto tomada alrededor de 1936) era un hombre tranquilo, culto.

Mayo de 1945, un individuo se encontraba recluido en el SAIC (Seventh Army Interrogation Center), el  centro de interrogatorios del Ejército de EE.UU. en Augsburgo, Baviera. Un soldado señala un nombre en una lista: Göring.  Pero no es Hermann Göring. El hombre que espera en la celda número 5 y que intenta defenderse de la acusación de complicidad con el régimen nazi, es el hermano de Hermann, Albert.

Para los interrogadores su culpabilidad está fuera duda. Pero levantando la cabeza, Albert Göring cuenta a los investigadores una historia extraordinaria. Les dice que él había utilizado el nombre de la familia para ayudar a innumerables judíos a escapar de las garras de la Gestapo. Arriesgando su propia vida, había salvado a ancianas judías de ser humilladas por los nazis en la calle y establecido una red de contrabando para trasladar refugiados a través de la frontera. Y aún más, en un campo de concentración convenció al director para cargar cientos de judíos en camiones, liberándoles posteriormente.

Los investigadores se miraron con incredulidad. No le creyeron. “El resultado del interrogatorio de Albert Göring, anota enojado el agente americano Paul Kubala el 19 de septiembre de 1945, es uno de los intentos por salvar el honor y lavarse las manos más banal que jamás haya oído el SAIC (Seventh Army Interrogation Center), la carencia de finura de Albert Göring es comparable con la masa corporal de su grasoso hermano”. Y también el traductor de Kubala, Richard Sonnenfeldt, se muestra escéptico. “Albert contó una historia fascinante, que entonces no quise creerla”.

¿Un miembro de la Resistencia?

La vida del hermano menor de Hermann Göring es de hecho una historia fascinante, que ha permanecido prácticamente desconocida en las casi siete décadas desde el final de la dictadura nazi. Puede que se deba a que nos encontremos con el mismo escepticismo con el que reaccionaron los investigadores estadounidenses entonces. ¿Puede realmente ser posible que el hermano de Hermann Göring fuese un miembro de la resistencia? Una persona bondadosa que salvó judíos, ayudó a decenas de personas perseguidas a obtener divisas y documentos falsos, e incluso permitió la liberación de prisioneros de los campos de concentración?

«Han pasado cuatro meses desde que me privaron de mi libertad, sin saber por qué», escribió Albert Göring en septiembre de 1945 en una desconsolada carta a su esposa. Se había entregado voluntariamente a los estadounidenses el 9 de mayo de 1945. Después de pasar años tratando de impedir la política de su hermano, ahora se sentía traicionado.

Así que tomó una pluma y papel y redactó por orden alfabético una de 34 nombres con el título: “Gente a la que yo salvé su vida en peligro (tres órdenes de arresto de la Gestapo).

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Lista de las 34 personas que Albert Goering salvó de la persecución nazi: El gráfico muestra por orden alfabético su nombre, profesión, lugar de nacimiento, ciudadanía y último lugar donde los vio

Durante años esta lista y los pocos documentos que quedan de Albert Göring en los archivos han permanecido en el olvido. La biografía de Hermann Göring fue examinada exhaustivamente, se habló de su dependencia de la morfina, de su papel como ladrón de arte o de su actividad como montero mayor del Reich; sin embargo Albert Göring permaneció  envuelto en el polvo del olvido.

Finalmente fueron periodistas e historiadores no muy conocidos quienes por primera vez dieron a conocer la vida de Albert Göring. En 1998 un equipo británico rodó el documental “The Real Albert Göring”. Documental que provocó la curiosidad de una estudiante de Sydney llamado William Hasting Burke, tras terminar su carrera de económicas, indagó sobre Albert Göring en archivos, entre compañeros y parientes de gente socorrida por Albert Göring. El resultado fue «Treinta y Cuatro” un libro editado en inglés en el 2009 y que en mayo  de 2012 aparecerá traducido al alemán: “El hermano de Hermann: ¿Quién fue Albert Göring«.

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¿Pero, quién fue Albert Göring?

Nacido en 1895 en el suburbio berlinés de Friedenau, Albert era el quinto hijo de Heinrich Göring, un  diplomático alemán. Tras la muerte de su primera esposa – con quien tuvo tres hijos – Heinrich se casó con Franzeska «Fanny» Tiefenbrunn, una chica de 19 años de edad, casi 30 años menor que él. Heinrich, antiguo oficial de caballería, disfrutó de una distinguida carrera diplomática como cónsul en África del Sudoeste (la actual Namibia) y posteriormente en Haití. Por su trabajo y carácter pasaba largas temporadas ausente de su familia, más tarde se convirtió en un solitario melancólico. Su esposa, Fanny, se enamoró locamente de un un rico médico austríaco de origen judío, Hermann von Epenstein. Estaba al lado de Fanny cuando nació su Hermann, y durante el nacimiento de su hijo menor, Albert Günther, anunció que iba a ser el padrino de ambos hijos de la familia Göring.

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Castillo de Veldenstein Hermann y Albert se criaron aquí y asistieron a la escuela en los pueblos cercanos de Neuhaus y Belden.

La familia pasaba la mayor parte del año en el castillo de Burg Veldenstein – un imponente bastión medieval de Franconia – y los veranos en Burg Mauterndorf, un castillo de cuento de hadas situado en las montañas de Tauern, Austria. Las comidas se anunciaban con un cuerno de caza, el personal vestía con trajes medievales y un ejército de juglares estaba a su disposición. Cuando Von Epenstein visitaba a las Göring en Burg Veldenstein, se alojaba siempre en una de las 24 mejores habitaciones del castillo, y se le veía durante la noche corretear hacia la habitación de Fanny, lo que alimentó los rumores de que él y Fanny estaban teniendo una aventura.

«Nunca tuvimos ninguna duda al respecto», dice el profesor Hans Thirring, que disfrutaba de los veranos con los Göring. «Todos los que nos alojamos en Mauterndorf aceptabamos la situación, y no parecía molestar a Hermann Göring o a los demás hermanos.»

Estó alimentó los rumores de que Albert era el fruto de esta aventura. El Pate [padrino] Hermann había hecho de Albert su ahijado favorito. Los rumores se intensificaron cuando Albert creció y la gente empezó a notar un parecido físico a su padrino judío. Albert tenía los ojos marrones de Epenstein y la fisonomía de un individuo de la Europa central, mientras que su hermano Hermann heredó los penetrantes ojos azules de su madre y características de la raza aria. Heinrich Göring al parecer, hizo la vista gorda a la infidelidad de su esposa, pero desde una edad temprana, Hermann y Albert se mostraron muy diferentes.

Diferencias evidentes

El libro de Hastings Burke describe a un hombre que no hubiera podido ser más distinto de su otro hermano. Hermann era un niño rebelde. Incómodo en los confines de una escuela, siempre cambiando de escuela. En la última, cortó las cuerdas de los violínes y violonchelos de la banda de la escuela, antes de fugarse. Este acto lo envió a la escuela militar, donde podía florecer su espíritu guerrero. Posteriormente, se distinguió como  piloto de caza en la primera guerra mundial.

De Albert se decía que era un niño triste, prefiriendo un libro y la seguridad de los interiores. En la escuela se sentaba en la parte posterior de la clase. Por el contrario, Hermann era un niño valiente que dirigía a los chicos de la aldea en simulacros de batallas. Parecía que el apellido es lo único que podía vincular a los dos hermanos. «Siempre fue la antítesis de mí mismo», comentó Hermann al psiquiatra estadounidense Leon Goldensohn, quien lo entrevistó para los juicios por crímenes de guerra de Nuremberg en 1946. “Él no se interesaba por la política o lo militar, yo sí. Él era callado, retraído, a mi me gustaban las aglomeraciones y la vida social. Él era tristón y pesimista, yo un optimista, pero  no es un mal hombre, Albert…».

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Fotografía de Albert Göring durante la Primera Guerra Mundial

Así que ambos hermanos empezaron a forjar caminos separados en la vida, su idiosincrasia adolescente se transformó en un abismo ideológico. Después de servir como ingeniero de comunicaciones en la Primera Guerra Mundial, Albert se matriculó en 1919 en la Universidad Técnica de Munich para estudiar ingeniería mecánica. Allí se codeó con los futuros líderes del Tercer Reich, entre ellos Heinrich Himmler, por entonces un estudiante de agronomía activo en las diferentes fraternidades, el caldo de cultivo para el movimiento estudiantil nacionalista en ciernes. Albert parecía seguir siendo políticamente pasivo, sin embargo, estudiaba a su futuro enemigo con atención.

Mientras tanto, Hermann, un héroe de guerra privado de sus derechos, comenzó a moverse en el ambiente de las cervecerías de Munich, escenario en el que se escuchaban críticas contra el gobierno de Weimar y las reparaciones impuestas a Alemania de la posguerra por el Tratado de Versalles. Allí se quedó impresionado por un orador llamado Adolf Hitler. A partir de entonces surgió una infame historia de amor entre ambos y, al igual que en las historias de amor clásicas, requería una prueba de su devoción. Esta prueba se produjo en 1923, fue el Beer Hall Putsch de Munich (Putsch de la Cervecería) -primer intento de Hitler para forzar el poder del gobierno. Hermann fue herido de bala en la ingle y la cadera resultó, pero el golpe fue anulado de rápidamente y Hermann tuvo que escapar a Austria con su mujer, ayudados por una familia de judíos.

Le siguieron cuatro oscuros años más en el exilio en los que Hermann se convirtió en adicto a la morfina, perdiendo su cordura y viéndose obligado a ingresar en una institución en Suecia. Este período marcó el comienzo de un período de 12 años de silencio entre los dos hermanos. Albert rechazaba los ideales políticos de Hermann. Se sintía traicionado como  hermano y representante de la familia de Göring. «Oh, tengo un hermano en Alemania que se está involucrando con ese hijo de puta de Hitler»,  le decía Albert a su gran amigo Albert Benbassat. «Y va a acabar mal si continúa así.» Hermann lo explicaba de este modo: «No nos hablábamos entre nosotrosí debido a la actitud de Albert hacia el partido. Ninguno de nosotros estaba enojado con el otro. Era una separación debido a la situación…»

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Hermann Göring

Mientras, Albert Göring, el ingeniero mecánico, intentó alejarse del nacionalsocialismo y optó por trasladarse a Viena en 1928 para trabajar como gerente de ventas de una compañía que fabricaba calderas de calefacción. También adquirió la nacionalidad austriaca.  Sin embargo, en 1938 con el Anschluss -la incorporación de Austria a la Alemania nazi – los hermanos volvieron a encontrarse en la casa de campo de Albert en la tranquila localidad de Grinzing, al noroeste de Viena. Albert estaba agotado y en plena vorágine. Desde que la esvástica apareció por primera vez en Viena, incansablemente,  empezó a organizar los visados ​​de salida y el dinero necesario para sus amigos judíos. Llegó a enfrentarse con los matones nazis de Viena que obligabana unas ancianas judías para fregar arrodilladas las calles empedradas. Mientras la multitud reunida se burlaba de las mujeres, Albert se quitó la chaqueta, cogió el cepillo de una de las mujeres y se arrodilló para ocupar su lugar. Las SS se lo llevaron y le pidiieron sus papeles. Según un observador: «Cuando les mostró los papeles, detuvieron el espectáculo». Este es el primer caso registrado de Albert utilizando su nombre para ayudar a otros. Para cualquier otra persona, sus acciones habrían sido el equivalente a un suicidio.

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Por el contrario, Hermann rebosaba de emoción. Acababa de llegar a Austria a bombo y platillo y había pronunciado un escalofriante discurso incitando al antisemitismo. Animado por su conquista política, concedió a cada miembro de su familia, un deseo. Sin embargo, su estado de ánimo se agrió cuando Albert y su hermana Olga pidieron a Hermann que interveniese en favor del archiduque Jose Fernando de Austria, el último príncipe de Habsburgo y Toscana, detenido en el campo de concentración de Dachau. «Hermann estaba muy avergonzado. Pero al día siguiente el archiduque fue excarcelado», recordó Albert a su viejo amigo Ernst Neubach.

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El número 12 de la lista: El archiduque José Fernando IV de Habsburgo

Este elemento de la relación causaba perplejidad, según Burke. Los hermanos, de alguna manera, podían desprenderse de sus funciones públicas cuando se reunían en el santuario privado de la familia Göring. Era como si el lazo fraternal conjurase la amnesia en Albert, y   dejaba temporalmente a un lado la ira y el dolor causado por el régimen de su hermano.

Albert utilizaba este sistema para su beneficio y el de los demás. «Desde luego, podía ayudar a la gente que lo necesitaba, beneficiarse él mismo económicamente y por su influencia personal», comenta Edda Göring, única hija de Hermann Göring. «Pero, si necesitaba la participación de las autoridades superiores o funcionarios, entonces tenía que contar con el apoyo de mi padre, que él consiguió».

Albert acudía regularmente a la oficina de su hermano en Berlín para ganarse el favor en nombre de un amigo judío o preso político, manipulando el ego de Hermann y jugando con su sentido del deber familiar. En este sentido, Hermann era una red de seguridad para Albert. Como Albert se hizo cada vez más audaz en sus actividades subversivas, empezaron a acumularse una montaña de informes de la Gestapo en su contra. Existían cuatro órdenes de detención a su nombre durante la guerra y sin embargo, nunca fue condenado. El Gran Hermano siempre acudió en su ayuda, a pesar del perjucio político que le ocasionaba.

Hermann conocía las actividades de Albert y, a pesar de todo, le consentía. Albert comentó posteriormente que su hermano un día le dijo: “Allá tú si quieres ayudar a los judíos, pero por favor no me metas en dificultades irresolubles”. Y Albert se portó con Hermann de modo parecido, intentó separar al hermano del estadista. “Como hermanos nos queríamos”.

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Fábrica de automóviles Skoda en la ciudad checa de Brno

En mayo de 1939, se trasladó a Praga donde fue nombrado director de exportación de la fábrica Skoda de Checoslovaquia y donde intensificó su actividad anti-nazi. El gerente dijo: «Goering siempre se pronunció contra el nazismo. Nunca usó, por lo que yo sé, el saludo nazi. Tampoco tenía imágenes de Hitler en su estudio -a pesar de que era obligatorio «. Cuando un tal doctor Charvat fue trasladado a Dachau, Albert escribió en papel membrete del comandante del campo exigiendo la liberación de Charvat. Firmó simplemente «Goering». Honesto, pero claramente diseñada para engañar. Pensando que la orden venía de su jefe, el comandante liberó a dos doctores Charvat encarcelados en Dachau. Desde Praga apoyó también a la resistencia checa, como afirmarían más tarde activistas checos. Según ellos Albert Göring no sólo reveló la posición exacta de un astillero de submarinos sino también la ruptura planificada del pacto soviético-alemán de no agresión, informaciones explosivas que llegaron a Moscú y Londres y fueron de utilidad.

Las SS ya estaban al tanto de las andanzas de Albert. A partir de 1939, mantuvieron un amplio archivo de documentos de sus «actos de terrorismo». Albert fue declarado «enemigo público» del Tercer Reich. Se emitió una orden de arresto, pero su hermano Hermann la anuló.

En 1944, al escuchar los informes de las atrocidades que tenían lugar en los campos de concentración, Albert realizó el acto más audaz de todos: salvar a internos del campo de concentración de Theresienstadt -donde murieron 33.000 prisioneros-. Su amigo Jacques Benbassat,  el hijo de un socio de Albert, contó más tarde: «Él dijo: … Soy Albert Goering, de Skoda. Necesito los trabajadores … y llenó el camión con los trabajadores. El jefe del campo de concentración no planteó ningún problema porque era Albert Goering. Luego los llevó al bosque y los liberó. «

Esta sería la última intervención de Albert durante la guerra. Su estela de buenas obras estaba empezando a alcanzarle. En agosto de 1944, Heinrich Himmler  envió a un cable al Obergruppenführer de las SS Karl Hermann Frank, General de la policía de Praga solicitando permiso para apoderarse de Albert para ser interrogado. La orden estaba remitida por Berlín para pegarle un tiro.

En 1944, una sentencia de muerte pendía sobre Albert, exigiendo su ejecución. Estaba huyendo, escondiéndose en Praga y Hermann dejó todo para salvarlo. «Mi hermano me dijo entonces que era la última vez que me podía ayudar, su posición se tambaleaba, y que tuvo que interceder personalmente ante Himmler para suavizar todo el asunto», declaró Albert en Nuremberg.

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Herman Goering ficha policial tomada por los Aliados

Los hermanos se reunieron por última vez en mayo de 1945, en una cárcel de tránsito en Augsburgo. Hermann tuvo el premio de ser capturado por los aliados, mientras que Albert fue detenido por el simple hecho de ser su hermano. En el patio de la cárcel, se abrazaron y Hermann dijo: «Lo siento mucho, Albert, ya que tú has tenido que sufrir tanto para mí. Tú vas a salir libre pronto, entonces encárgate de mi mujer y mi hijo…. ¡Adiós! » Dos años después, Hermann fue condenado por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Engañó la soga del verdugo con una cápsula de cianuro de contrabando.

Albert pasó dos años en la cárcel, incapaz de convencer a sus interrogadores de su inocencia. Aun cuando el último de varios informes recomendaba su liberación, Göring fue entregado a la República Checa y juzgado en Praga por posibles crímenes de guerra, ya que Skoda había fabricado también armas. Finalmente, después de 15 meses de interrogatorios, Albert encontró a alguien que le escuchó: el mayor Victor Parker. A él entregó su lista titulada «Personas cuya vida o existencia salvé poniéndome en riesgo «. En un giro extraordinario del destino, el mayor Parker reconoció el nombre de su propio tío en la lista y fue capaz de verificar las afirmaciones de Albert. Al fin fue liberado.

En 1947, Albert se reunió con su familia en Salzburgo. Irónicamente, a pesar de su exoneración, no pudo conseguir trabajo debido a que no pudo sacudirse la sombra de su hermano. Se negó a renunciar al apellido Göring. Trabajó como escritor, dibujante o traductor, pero siempre esporádicamente y muy mal pagado. El encontrarse sin nada provocó un derrumbe en Albert, cayendo en la depresión, en la infidelidad y en el alcoholismo. Su última esposa checa, Mila, pidió el divorcio y junto a su única hija, Isabel, emigró a Perú. Nunca más volvió a ver ni hablar con su hija, ni respondió a ninguna de sus cartas.

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Se decía de Albert Göring  que fue un mujeriego, se casó cuatro veces. Esta foto lo muestra con su tercera esposa, Mila Klazarova. Dejó a su segunda esposa, Erna, enferma de cáncer de pulmón, para casarse con Mila, una reina de belleza checa 20 años menor que él. Juntos tuvieron a su única hija, Isabel.

Sobrevivió con paquetes de comida enviados por los muchos Judíos a los que había ayudado a escapar de la Gestapo. Albert Göring murió a los 71 años de un cáncer de páncreas en diciembre de 1966, como un paria, sin dinero, con el pecho desnudo de medallas y reconocimientos formales, su vida quedó relegada a una nota al pie de la brutal historia de su hermano. Su cuerpo fue sepultado en el panteón familiar de Göring en Munich.

Grabado en una placa de cobre de la tumba: el lema de la familia Göring: » Wir sind nicht von Denen mueren da Weichen sondern von Denen mueren da glauben «-» No somos aquellos que producen, sino aquellos que creen. » Sólo Albert fue fiel a esa promesa.

Fuentes: 1, 2, 3,

Fotografías: Der Spigel, del libro de William Hasting Burke, «Thirty Four«

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