NOMBRE DEL PROYECTO Chateau Cheval Blanc
UBICACIÓN Saint-Emilion, Francia
USO: Bodega
ÁREA Superficie total: 5.250 m2
Año Finalización: 2011
ARQUITECTOS: Atelier Christian de Portzamparc
Fotografías: © Erick Saillet, cortesía de Christian de Portzamparc
Château Cheval Blanc es una bodega en Saint Emilion, en la región vinícola de Burdeos (Francia). Su vino es uno de los únicos dos que recibe el más alto rango, Premier Grand Cru Classé (A) en la Clasificación del vino de Saint Emilion de 1955, junto con Château Ausone. El château siguió en la familia hasta 1998 cuando fue vendido a Bernard Arnault, presidente del grupo de lujo LVMH, y el empresario belga Albert Frère, con Pierre Lurton instalado como director de la finca.
El viñedo abarca 41 hectáreas, 37 de ellas plantadas con una inusual composición de variedades de uva: un 57% de cabernet franc, un 40% de merlot, y pequeñas parcelas de malbec y cabernet sauvignon. La producción anual media es de 6.000 cajas del Grand vin y 2.500 cajas del segundo vino, Le Petit Cheval.
Los propietarios de la bodega Cheval Blanc, el barón Frère (director de la bodega) y Bernard Arnault (propietario de LVMH), decidieron dotar a la finca de una nueva bodega que aspirase a la excelencia, como sus vinos, querían algo que pudiera prever el futuro fusionándose con un paisaje histórico, ya que Saint-Émilion es Patrimonio de la Humanidad. Una misión difícil que requería una rara combinación de talentos.
Este desafío fue tomado por el arquitecto Christian de Portzamparc, quien considera que la verdad del espacio no puede disociarse de la huella del tiempo. La relación armoniosa entre el interior y el exterior también ha sido una fuente constante de su inspiración.
En el corazón de la viña, la «bodega situada debajo de un colina», parece un promontorio que se extiende desde el castillo. Esta colina se alza gracias a unas velas de hormigón que la elevan hacia el cielo y la dotan de luz. El edificio parece flotar en el aire, con la mirada puesta hacia las grandes extensiones de viñedos y la historia milenaria del paisaje.
El nuevo establecimiento se encuentra bajo una enorme estructura envolvente con un jardín en la azotea, visual y espacialmente conectado a los viñedos. La construcción, en su totalidad de hormigón, cuenta con seis muros de carga curvilíneos como sistema de soporte principal y van conectados por una serie de travesaños. La cubierta está ligeramente horadada con lucernarios que permiten la introducción de la luz natural sutil en su interior.
La Orangerie (invernadero), que originalmente formaba parte del castillo, ha sido readaptada, ahora actúa como sala de recepción mediante una pequeña caja de cristal que extiende las vistas hacia el exterior y conecta al nuevo proyecto. La caja conecta con la Bodega, el volumen más expansivo del proyecto. En esta sala se alinean 54 cubas de hormigón que compartimentan el interior.
Un patio abierto sirve como área polivalente utilizada para la clasificación y el envasado, proporcionando una secuencia de introducción a los talleres, un espacio revestido de madera utilizada para el embalaje. En la planta inferior se sitúa la sala de crianza, con una capacidad de almacenamiento de 566 barriles. En la sala de crianza unas columnas de hormigón redondas sostienen unas vigas de hormigón onduladas y pulidas. Las paredes están hechas con ladrillo Mashrabiya para facilitar la ventilación natural y a su vez, ocultan la maquinaria que está situada detrás. La iluminación es sobria, ya que no busca crear un efecto pantalla o decorativo. De hecho, todo ha sido diseñado para reemplazar sistemas de energía de gran consumo por soluciones más económicas. Como resultado de ello, la bodega es uno de los pocos edificios en el negocio del vino que poseen un certificado de Alta Calidad Medioambiental (HQE), cumpliendo con los criterios más exigentes no sólo con el medio ambiente sino también porl tipo de materiales utilizados, el agua, la energía y gestión de residuos, higrometría controlada, acústica, confort visual y olfativo y también para el bienestar de las personas que trabajan allí.
Os dejo con una anécdota de los actuales propietarios de la bodega y que nos muestra cómo cuidan su bodega:
El director de Château Cheval Blanc en aquella época, Jacques Hebrard, se indignó con la evaluación de las muestras en barrica de su cosecha de 1981 realizada por el influyente crítico de vino Robert M. Parker y le pidió que hiciera otra cata. Al llegar, Parker fue atacado por el perro de Hebrard mientras el director se quedaba mirando. Cuando Parker le pidió una venda para detener la sangre de la herida de su pierna, en lugar de ello, Hebrard le dio una copia del ofensivo artículo de la revista. Hebrard niega que Parker estuviera sangrando. Sin embargo, Parker realizó otra cata y la encontró significativamente diferente respecto a su evaluación anterior, y por lo tanto cambió evaluación del vino, actualizándola en el siguiente número de su revista The Wine Advocate. (Wikipedia)
Fuente: Architecturenewsplus.com
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