Los seres vivos más antiguos del mundo

The Oldest Living Things in the World, (2014) (Los organismos vivos más antiguos del mundo) es un libro publicado por la fotógrafa norteamericana Rachel Sussman. Durante la última década, su proyecto comenzó en 2004, Rachel Sussman ha investigado, ha trabajado en colaboración con biólogos, y viajado por el mundo para encontrar y fotografiar los organismos vivos más antiguos del mundo. Dos criterios son los que deben cumplir estos organismos para convertirse en parte del proyecto de Sussman: deben de tener más de 2.000 años de antigüedad (una cifra arbitraria, dice ella) y el organismo debe haber vivido continuamente durante ese período. Hasta ahora ha fotografiado más de 20 formas de vida, desde arbustos y hongos depredadores a bacterias siberianas y corales en forma de cúpula que parecen cerebros gigantes. Sussman comenta que «El proyecto es en parte arte y en parte ciencia, al que hay que sumar un componente ambiental.» Recalca que su proyecto tiene un doble mensaje. En primer lugar, hay un aspecto humilde, existencial en el que la totalidad de la historia humana se siente empequeñecida por la longevidad de la vida que nos rodea. En segundo lugar es una advertencia respecto al medio ambiente. «Tenemos estos organismos que han perseverado en silencio durante una cantidad inconmensurable de tiempo, pero que ahora están en peligro», cuenta en una entrevista al periodista Ian Simple.
Rachel Sussman ha trabajado en estrecha colaboración con los biólogos para la creación de su proyecto. Detrás de cada viaje existe una búsqueda exhaustiva en revistas académicas para identificar a aquellos científicos que estudian los organismos más antiguos. En la mayoría de los casos, se pone en contacto con ellos y concierta una visita con los científicos de campo.
La colección ofrece una perspectiva poco común de la vida en la Tierra. Algunos de los organismos que Sussman ha fotografiado son bastante extraños. Muchos estaban vivos en la edad de bronce. Otros se esforzaban por sobrevivir mucho antes de que los humanos modernos se pusieran a caminar y emigraron de África.
Estos son algunos de los organismos más longevos de nuestro planeta:

JAPÓN: Cedro japonés: Jomon Sugi, localizado en la isla de Yakushima. Este árbol fue, en parte, el catalizador del proyecto. Estando de viaje en Japón, Sussman se enteró que este árbol tenía más de 2.180 años. Fue el primer ejemplar de su colección al que visitó y fotografió.

NAMIBIA: Welwitschia mirabilis Con 2000 años de edad, la welwitschia encontrada en el desierto de Namib-Naukluft es una conífera que produce sólo dos hojas en el curso de la vida – la más extensa del reino vegetal. Durante su larga vida, estas hojas son hechas jirones por las tormentas de arena y pasan a convertirse en una maraña de cintas.

SIBERIA: Actinobacteria de 500.000 años de edad, muy anterior a los seres humanos modernos; estas bacterias encarnan la filosofía existencial que subyace en el proyecto de Sussman, y la protección del medio ambiente de su trabajo. Este espécimen se había concentrado en el permafrost y lo conservaban en Copenhague, donde la fotografió. «Las actinobacterias siberianas tienen medio millón de años de antigüedad y viven en el permafrost. Si el permafrost se deshiela, los seres vivos más antiguos del planeta morirán.» comenta Rachel Sussman.

TRINIDAD-TOBAGO: Coral cerebro. Este coral cerebro de 6 metros de ancho vive frente a la costa de Speyside, en la costa este de Trinidad-Tobago, en el Caribe tiene 2.000 años de antigüedad. Para hacer la foto, Sussman tuvo que superar su miedo a las aguas abiertas, tomar clases de buceo y aprender a utilizar su cámara bajo el agua. El resultado es una foto rara de la vida marina única en los frágiles arrecifes de Tinidad-Tobago, uno de los ecosistemas más ricos del mundo. «Cuando lo vi, me quedé sin aliento, debido a su tamaño» responde Sussman.

SUDÁFRICA: Bosque Subterráneo (13.000 años). Los botánicos creen que este bosque subterráneo situado en Pretoria ha evolucionado para sobrevivir a los incendios forestales. Ta sólo es visible las puntas de las ramas que sobresalen del suelo. Pero debajo de la tierra es una masa de ramas y raíces. «Si el fuego le alcanza, sólo se queman las puntas«.

SUECIA: Gran Picea. Este abeto, fotografiado por Sussman cerca de montaña Fulufjället en Suecia, tiene 9.500 años de antigüedad. Sobrevive en un paisaje dominado por líquenes, montañas peladas y valles con bosques densos y antiguos.

CHILE: Planta Llareta-yareta. Alrededor de 3000-años de edad, parece musgo, pero es un arbusto que crece en el desierto de Atacama, en los Andes, a una altitud de 4.500 metros. Mide alrededor de 2,5-3m de diámetro, y habita en la superficie de cantos y piedras redondas y lisas. Esta planta se compone de una densa masa de miles de pequeñas ramas, cada una termina en un brote de pequeñas hojas verdes. Crece en matas bien densas, de modo de reducir pérdidas de calor, y muy cerca del suelo donde la temperatura del aire es de 1 o 2 ºC más alta.

ISLA ELEFANTE, ANTÁRTIDA. Musgo antártico. 5.500 años

ISLAS BALEARES: Posidonia. En mayo de 2006 se halló en las cercanías de Formentera, un ejemplar de esta especie de 8 kilómetros de largo, que es la planta más grande conocida, y el mayor ser vivo sin considerar los hongos; su ritmo de crecimiento es de 2 centímetros por año y su edad se ha estimado en 100 000 años.
Os dejo este vídeo de TED en el que Rachel Sussman presenta su proyecto:
Para ver más fotos y saber más de la autora, ésta es su Web: Rachel Sussman
Fotografías: © Rachel Sussman
Fuente: The Guardian
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