Gibbs Farm es un parque privado de esculturas situado Kaipara Harbour, en Nueva Zelanda, a 50 km al norte de Auckland, en el Distrito de Kaipara. El parque, abierto al público en 1991, ocupa una superficie de 1.000 acres (4 km ²) y pertenece a uno de los más ricos hombres de negocios de Nueva Zelanda, Alan Gibbs, un hombre de negocios, empresario y coleccionista de arte. El parque, abierto al público previa cita, cuenta con una increíble variedad de grandes esculturas de algunos de los artistas más famosos del mundo.
Toda la propiedad está orientada hacia el mar, y las obras mantienen un diálogo entre el paisaje de la colinas y el mar. Gibbs reconoce que encarga una obra «el reto para los artistas es la escala del paisaje, algo que les impone al principio» y exige algo más de ellos. Cuando en 1991 Alan Gibbs, el mecenas, se planteó construir un lugar específico para albergar esculturas de artistas internacionales reconfigurando el paisaje de Kaipara para encontrar una conexión significativa con la tierra, esta idea no es muy original.
En la Inglaterra del siglo XVIII, los grandes jardineros paisajistas como William Kent, Horace Walpole, y Lancelot «Capability» Brown crearon idilios análogos en los jardines y parques de la aristocracia terrateniente, lo que Sir Joshua Reynolds llamaría juiciosamente en sus discursos : «Nature to advantage dressed.” Los jardines ingleses se caracterizaban por la existencia de ondulantes céspedes, senderos serpenteantes, pintoresco riachuelos, arroyos e ingeniosos arreglos de los árboles. Los principales elementos de todo jardín inglés son las estatuas, el agua y el terreno circundante. Para los paisajistas ingleses, las laderas, colinas, árboles y arbustos adoptaban sus propias formas con total libertad, sin constricción a ninguna norma geométrica. La salvaje naturaleza se reconstruye de forma ablandada.
Sin embargo, muchas de las obras de Gibbs Farm demuestran que la escultura tiene que funcionar en y con su entorno. Si una escultura pretende tener éxito, la obra debe decirnos algo sobre el lugar en el que se encuentra en oposición a la mera información artística, que, por desgracia, una gran parte de la escultura pública y privada es a lo que se dedica hoy día (solipsismo estético). Cuando todo está dicho y hecho, concebir el espacio alrededor de Gibbs Farm como un jardín escultórico es reconocer el antiguo concepto de «naturaleza arreglada (o vestida)» y, como Alexander Pope tan acertadamente señaló: «Trata a la Diosa [naturaleza] con equidad / ni con demasiada ropa o dejándola completamente desnuda.
Neil Dawson – Horizons
Horizontes es una de las primeras esculturas que se encargó Alan Gibbs para su parque. Situada en uno de los puntos más altos de la propiedad, es una de las pocas obras que se pueden ver desde la carretera. El carácter de trompe l’oeil de la escultura sugiere una pieza gigante de hierro arrastrada, sólo para descansar precariamente hasta que el próximo vendaval lo levante de nuevo. Horizonts – (1994) Acero soldado y pintado (15 x 10 x 36m)
Leon Van Den Eijkel – Red Cloud Confrontation in Landscape
Las armonías del color verdadero basado en los tres colores primarios rojo, amarillo y azul, se enfrentan lo que Van den Eijkel llama sus «colores» del Pacífico, generando un diálogo entre la modernidad europea y el medio ambiente del hemisferio sur. La obra también se enfrenta a las gradaciones del color de las verdes laderas de la finca con la articulación precisa de un plano horizontal, en cuadrícula y con cuadrados perfectos; a ello se añade la composición de colores sólidos que flotan en pedestales negros. Confrontación Red Cloud in Landscape – (1996) 25 cubos de acero fundido y hormigón pintado (17,5 x 17,5 m)
Anish Kapoor – Desmembramiento
Compuesto por una gran membrana de PVC que se extiende entre dos elipses gigantes de acero, la obra de Kapoor es casi arquitectura, sin embargo, también tiene una cualidad carnosa que el artista describe como «una piel desollada». Kapoor ha comentado: «Quiero forjar el cuerpo en el cielo». En el parque se consigue esto. Aquí, el artista tuvo que idear una forma, a la vez independiente y capaz de sobrevivir a un pulso constante con el cielo y las condiciones meteorológicas cambiantes. Dismemberment, Sitio 1 (2009) tubo de acero dulce y tela. Extremo oeste 25 x 8 m Extremo Este 8 x 25 m Longitud 85 m
Richard Serra – Te Tuhirangi Contour
La obra de Serra consta de 56 placas de acero trazan un contorno único en la tierra, de modo que, según el artista, «recoge el volumen de la tierra.» La obra posee el sello distintivo de las sólidas relaciones entre el coleccionista y el artista. Te Tuhirangi Contour – (1999/2001) 56 láminas de acero corten (252m x 6m x 50mm).
Sol LeWitt – Pyramid
Las obras hechas con bloques de hormigón de Sol LeWitt, aparecieron por primera vez en 1985, y tienen el carácter de escultura, monumento y arquitectura a la vez. LeWitt, una figura importante en la historia del minimalismo y conceptualismo, se interesó por las pobilidades de las diversas permutaciones modulares mediante el uso repetitivo de la forma cúbica simple. La estética minimalista de la obra monumental de Gibbs Farm e posee varias paradojas curiosas: se compone de muchas pequeñas unidades (bloques de hormigón) y sin embargo es una forma única (una pirámide), es conceptualmente simple pero perceptualmente complejo; además, es inequívocamente una escultura, su escala y forma son muy sugestivas como arquitectura. Pirámide (Keystone NZ) (1997) Bloques de hormigón estandar (7,75 x 16 x 16m)
Andy Goldsworthy – Arches
Construido con piedra extraída de las colinas de Lead Hills, en Escocia, no muy lejos de donde nacieron los antepasados de Gibbs, y formado por antiguos arcos romanos, esta obra es una mirada hacia el pasado, a través de las líneas de la genealogía, la emigración y las tradiciones arquitectónicas. Sin embargo, la escultura también tiene una inmediatez derivada de la gradual erosión de la piedra por el agua, el viento y las mareas, mostrando al espectador el carácter siempre cambiante y el poder de su entorno, aquí y ahora. Arches (2005) Bloques de arenisca Pink Leadhill apilados en 11 arcos independientes. Cada arco tiene 7 metros de largo y cada bloque 1.4m ² de superficie.
Marijke De Goey – La sirena
La obra tiende un puente sobre un lago artificial y culmina en una serie de esqueletos-cubos de diferente tamaño. Cuando de Goey recibió este encargo no había realizado ninguna obra de tal envergadura, y como resultado, la ampliación de la obra a partir de modelos a menor escala se basaron en la experiencia del equipo de ingeniería de la granja, lo que demuestra la manera en que opera Gibbs, como coleccionista, comisionado y muchas veces como productor de obras de arte. The Mermaid 1(999). Tubular de acero soldado y pintado (10 x 3 x 32m).
Podéis ver más obras en la web de Gibbs Farm
Imágenes: © Gibbs Farm
Fuente: Twisted Sifter
Trackbacks/Pingbacks