Joe Strummer: The Future Is Unwritten
Joe Strummer: The Future Is Unwritten es un documental del año 2007 dirigido por Julien Temple, acerca de Joe Strummer, el líder de la banda inglesa de punk rock The Clash.
Dirigida por Julien Temple, un cualificado e infatigable cronista del pop, «Joe Strummer…» reúne clips y entrevistas en un orden cronológico ágil. La voz del propio Joe Strummer, grabada en emisiones de radio y conversaciones antiguas, nos aporta una narración y cierta cercanía. Su presencia, limitada a un material de audio y archivos, nos genera el recuerdo triste y sutil de su ausencia, el vacío dejado por su repentina muerte a los 50 años de un ataque al corazón, en 2002.
El documental de Julien Temple «Joe Strummer» no es tanto un retrato como un collage. (Muy similar a sus dos películas sobre los Sex Pistols: «Great Rock ‘n’ Roll Swindle» (1980) y «Filth and the Fury» (2000) ). A veces, las imágenes de Temple parecen pertenecer a un documental convencional, sirviendo como ejemplos literales de la historia. Pero otras, las más, nos proporcionan un tipo de contexto de asociación libre, que nos recuerda que la vida de un individuo se compone no sólo de experiencias y hechos, sino también de ideas, sueños y posibilidades. En el documental aparecen maravillosas y raras imágenes de los ensayos de The Clash y las bandas anteriores de Strummer tocando, junto a video noticias y fragmentos de la versión animada de «Animal Farm».
Escuchamos abundantes testimonios de los amigos de Strummer, amantes, colegas y admiradores. Algunos poco conocidos, otros (Bono, John Cusack, Steve Buscemi, Flea de los Red Hot Chili Peppers), famosos. El gran ausente en el documental sin dudas es Paul Simonon. En torno al fuego de las hogueras personas de caracteres diversos van dando forma al crisol del espíritu bohemio que rodea la biografía de Joe Strummer.
La historia que nos cuenta Temple es, como la mayoría de las biografías del rock ‘n’ roll, una auto-invención. Joe Strummer nació como John Graham Mellor. Su padre era diplomático, y la juventud de Joe fue más cosmopolita y privilegiada que la desaliñada imagen proletaria musical que tenemos de él. Abandonó la escuela de arte en la mejor tradición británico de rock ‘n’ roll británico, pasó la década de 1970 como un hippie vagabundo, tomando el nombre de Woody Mellor (en homenaje a Woody Guthrie), vagando y tocando en las calles de Londres y otras ciudades inglesas. Formó parte de la escena okupa del oeste de Londres, y fue el líder de una banda llamada The 101’ers cuando llegó el punk rock.
The Clash no inventó el punk – objeto de discusión interminable entre los partidarios de Malcolm McLaren, John Lydon y los Ramones – pero la banda fue decisiva para la difusión de su crudeza, de su furiosa energía unido a un sentido de integridad ético y al compromiso político. El corazón de «Joe Strummer» es la narración del origen, el triunfo y la eventual desintegración de la banda, una historia contada por supervivientes, participantes, parásitos y aficionados y animada por actuaciones que han perdido algo de su inmediatez o fuerza con el paso del tiempo.
Los motivos habituales de rock-doc están ahí: problemas con la gestión, problemas de drogas, las tensiones entre Strummer y Mick Jones, otro guitarrista de la banda con gran fuerza creativa. Una vez que The Clash se disolvió, a mediados de la década de 1980, persiste un largo desenlace – podría llamarse la edad adulta – en el que tanto la carrera de Joe Strummer como el documental de Temple se desvanece algo. Pero la decadencia del calor del punky deja un sorprendente resplandor y permite apreciar la calidez de Joe Strummer.
Joe Strummer: The Future Is Unwritten se estrenó el 20 de enero de 2007 en el Festival de Sundance; y también se proyectó en el Dublin Film Festival, en febrero del mismo año. Lanzado en el Reino Unido el 18 de mayo de 2007 y en Estados Unidos el 2 de noviembre, tuvo una difusión limitada.
El documental tiene ya sus años, pero cuando al principio oyes cantar el estribillo de «Hate & War«:
Revuelta blanca,
quiero una revuelta.
Revuelta blanca,
mi propia revuelta …
me entra una mala hostia … En fin, si fuera preferentista, entraba en Bankia al son de esta canción. Aunque como un parado más que soy podría intentarlo en la próxima visita a Lanbide (el Inem vasco)
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