A unos 6 km en pleno campo, medio escondido a uno de los lados de la carretera que lleva de Derby a Brome, se encuentra uno de los árboles más célebres de toda Australia. Hablamos del <<Prision Boab>>, un ejemplar de Adansonia gregorii, el baobab autóctono de Australia occidental, dotado de una enorme copa hueca de color marrón. Antaño sufrió innumerables agresiones en forma de graffitis, pero por fortuna hoy en día está resguardado por una valla de madera. A finales del siglo XIX éste árbol se utilizó como prisión para unos aborígenes que fueron hechos prisioneros tras ser acusados de robar cabezas de ganado en una tierra que ellos consideraban como suya; una vez atrapados fueron encadenados y conducidos hasta Derby. La víspera antes de la conclusión de tan dura marcha se les encerró en el interior del Prision Boab. Ésta es, al menos, la historia que se cuenta a la mayoría de los turistas australianos.
Los aborígenes tienen, sin embargo, una versión ligeramente diferente; a los padres o a los abuelos hechos prisioneros los encadenaron a la sombra del árbol, y no en su interior. Por otro lado, tan soberbio árbol tenía un carácter sagrado para los aborígenes, como de hecho sucede con la mayoría de los baobabs más antiguos, pues se habían utilizado como osario en el que se guardaban los huesos, y con ellos, los espíritus de sus antepasados.
Es posible, no obstante, reconciliar ambas historias. Los baobabs con el tronco hueco se utilizaron ciertamente como cárceles temporales en determinados casos, como por ejemplo de Wyndham. Pero al mismo tiempo estos extraordinarios árboles han ocupado desde siempre un papel central en la vida de las tribus aborígenes. Las decenas de miles de ejemplares que existen se hallan diseminados a lo largo y ancho de los más de 600 km del outback (interior) australiano. Nadie sabe a ciencia cierta cuántos años tienen pero no cabe duda de que los ejemplares más antiguos deben de sobrepasar con generosidad los mil años de edad. Se sabe de ejemplares que poseen un tronco de más de 24 m de circunferencia y en sus entrañas huecas han buscado resguardo generaciones y generaciones de aborígenes. Y es que estos impresionantes árboles han hecho de despensa, cabaña, lugar de reunión, centro religioso y, por qué no, tal vez incluso de prisión.

El Dinner Tree, otro ejemplar de baobab australiano. Fotografía Flickr
Fuente: Thomas Pakenham: «Arboles excepcionales del mundo«, Blume, 2003
IMPRESIONANTE!!!!!! SI ALGUNA VEZ ME CREO SER ALGO DEBO RECORDAR A ESTE ARBOL MARAVILLOSO
Impresionante. Y pensar que estos árboles pueden llevar allí más de diez siglos, cuantos recuerdos engendrarán.