Arquitectos: Mycc Oficina de Arquitectura
Arquitectos del proyecto: Carmina Casajuana, Beatriz Casares, Marcos González
Cliente: Tipos Infames
Ubicación: San Joaquín 3, Madrid, España
Año Proyecto: 2010
Fotografías: Javier Ortega
Tipos Infames es una librería muy especial. Es un local que redefine el concepto tradicional de librería para adaptarlo a los nuevos tiempos. Este lugar cuenta con diferentes ámbitos en los que desarrollar sus actividades: librería, cafetería, enoteca, sala de exposiciones… De este modo se pueden desarrollar presentaciones de libros, catas de vino, exposiciones, talleres y cursos…
Los Tipos Infames son tres amigos que en un momento dado imaginaron un lugar propio en el que desarrollar sus inquietudes. Alfonso Tordesillas, Gonzalo Queipo y Francisco Llorca con la ayuda de algunos amigos (infames a tiempo parcial) son los autores de este proyecto que nació en octubre de 2010. Para ello contaron con la inestimable ayuda del estudio madrileño de arquitectura MYCC — formado por Carmina Casajuana, Beatriz G.Casares y Marcos González -, quienes diseñaron el interior de la librería.
El proyecto de MYCC plantea dejar al descubierto la estructura original del almacén insertando un suelo de cristal entre las dos plantas principales. La zona de la cafetería es muy diáfana, con paredes pintadas en color blanco y techos en color vino, el suelo combina el gris neutro del cemento pulido de un garaje con el naranja. El suelo de cristal permite ver el sótano, espacio que se utiliza para exposiciones y eventos.
Según los arquitectos la intervención en un espacio de este tipo planteaba un trabajo en estratos sucesivos desarrollados a lo largo de la historia del local. La tipología de este lugar no es diferente de la típica que se puede encontrar en el centro de Madrid. Son espacios que se caracterizan por tener una estructura paralela a las paredes de la fachada principal que da a la calle y un sótano bajo rasante que no tiene ni luz natural ni ventilación y que poseen la función de almacén.
Cuando los arquitectos recibieron el encargo, se encontraron con una larga sucesión de acciones sobre la historia del edificio y lo que ellos realizaron fue un ejercicio de simplificación. Simplemente proporcionar un espacio atractivo que sirviese de contenedor para las necesidades del programa. Nunca quedó claro cuántos metros cuadrados ocuparía el área de café o la cantidad de libros que se venderían; ni tampoco si las presentaciones y eventos de diversa índole tenían que estar en el piso de arriba o abajo dónde se situaría la zona de copas para las noche del fin de semana.
A esto hay que añadir un presupuesto muy ajustado. El espacio proyectado tiene una relación directa con los Loft neoyorkinos y las galerías de arte de los años setenta. La idea era diseñar un sitio con un importante legado. Debía de ser capaz de comunicarse con las diversas actividades que se iban a llevar a cabo allí y con diferentes tipos de visitantes. Es un proyecto limpio y luminoso en el sentido más literal de la palabra. Los diseñadores han conseguido un equilibrio entre el aspecto industrial del lugar y un minimalismo contenido. El uso de la pintura blanca, los suelos de garaje, las bombillas desnudas se complementan en una relación espacial intensa. También se ha tenido en cuenta una serie de espacios interrelacionados con el fin de proporcionar una experiencia sensorial a la visita.
El lugar llama la atención a los transeúntes de la calle por su limpieza y su luz. Al entrar, el espacio interior es fluido, gracias a las mesas dispuestas al azar y a los estantes que no están en exceso recargados. En la parte trasera hay un ambiente más íntimo y relajado pintado en un color vino, mientras que un suelo de cristal revela una naranja llamativo que invita a continuar el viaje. Esto nos lleva a un sótano que sirve como sala de exposiciones o para otro tipo de usos.
Libros, café, vinos y copas. Una mezcla cultural sui géneris en el centro de Madrid
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