
Una misteriosa banda de hackers-artistas ronda por la red de túneles subterráneos de París, restaurando en secreto los olvidados tesoros de la ciudad Foto: UX
L’ UX es una organización clandestina con sede en París, cuyo objetivo es mejorar y restaurar las partes invisibles y abandonadas del patrimonio urbano. L´UX (Urban eXperiment), es un oscuro grupo que utiliza acciones encubiertas para preservar los descuidados tesoros históricos y culturales de París. En los últimos 30 años, el grupo se ha infiltrado en los museos de arte para demostrar los fallos de seguridad, y reivindican que la realización de 15 restauraciones encubiertas, incluyendo la reparación del reloj del Pantheón en 2006. Su portavoz es Lazar Kunstmann, autor del libro «La culture en clandestins«. En él relata estos extraordinarios 25 años de proyectos, desde la génesis de la organización al juicio por la restauración del reloj del Pantheón en 2007. Kunstmann ha sido entrevistado por Jon Lackman en la revista Wired en un artículo titulado: «The New French Hacker-Artist Underground».
Lazar Kunstmann es uno de los primeros miembros de UX y portavoz oficial del grupo (también es cineasta y editor); Kunstmann- cuyo nombre casi seguro es un pseudónimo tomado del alemán que significa «arte-hombre»- tiene unos cuarenta años, es calvo, va vestido de negro, afable e ingenioso. Este curioso personaje habla largamente sobre los orígenes del grupo Ux así como del desarrollo de sus diferentes acciones.
Hace treinta años un grupo de seis jóvenes parisinos lograron lo que resultaría ser un robo crucial. Consiguieron acceder al sótano del ministerio de telecomunicaciones. Y allí encontraron lo que estaban buscando en la parte inferior del cajón de una mesa: los mapas de la red de túneles de toda la ciudad del ministerio. Se llevaron una copia de cada mapa, y luego devolvieron las llaves. Esta iniciativa furtiva no fue un acto de robo o espionaje, sino más bien una operación crucial que daría lugar a una asociación llamada UX, «eXperimento urbano.» A través de la infiltración minuciosa, los miembros de UX han llevado a cabo actos de gran repercusión en el ámbito de la preservación y reparación de bienes culturales, con un espíritu que aboga por «la restauración de las partes invisibles de nuestro patrimonio que el gobierno ha abandonado o no tiene los medios para mantenerlas».
El grupo afirma haber realizado 15 restauraciones encubiertas por todo París, a menudo en lugares con siglos de antigüedad. Por ejemplo: la restauración de reloj del Panteón, la construcción de una sala de cine, con bar y restaurante, bajo el Trocadéro, la restauración de las criptas medievales, y la puesta en escena de obras de teatro y lecturas en monumentos durante la noche.
Lo que ha posibilitado gran parte de este trabajo es el conocimiento de UX de la red de pasadizos subterráneos de la ciudad de París (cientos de kilómetros de redes de telecomunicaciones interconectadas, túneles de electricidad y agua, alcantarillas, catacumbas, subterráneos y canteras con siglos de antigüedad). Del mismo modo que los piratas informáticos se introducen en las redes digitales y toman el control subrepticiamente de equipos clave, los miembros de la UX llevar a cabo misiones clandestinas a través de los espacios y túneles subterráneos supuestamente seguros de París. El grupo utiliza rutinariamente los túneles para acceder a los lugares donde realizan alguna restauración y a los montajes de festivales de cine que organizan, por ejemplo, en los sótanos de los edificios en desuso del gobierno.
La acción más sonada de UX hasta la fecha (de las reveladas hasta el momento, por lo menos) se completó en 2006. Un grupo pasó meses infiltrado en el Panteón, el edificio de París que alberga los restos de los hombres más ilustres de Francia. Ocho restauradores construyeron su propio taller secreto en una bodega, contaban con electricidad y acceso a Internet, además de estar equipados con sillones, herramientas, un frigorifico y una cocina. Durante el transcurso de un año, restauraron cuidadosamente el reloj del siglo XIX del Pantheón, que no sonaba desde los años 1960. Los que viven en el barrio debieron haberse sorprendido al escuchar el sonido del reloj por primera vez en décadas: la hora, la media hora, el cuarto de hora.
La restauración del reloj del Panteón se llevó a cabo por un subgrupo llamado de UX llamado Untergunther, cuyos miembros se dedican específicamente a la restauración. La elección del Panteón fue debida a la relevancia del lugar, ya que aquí es donde tuvo su origen UX, y es aquí también el sitio en el que el grupo proyectó subrepticiamente sus primeras películas, sus exposiciones de arte, y el montaje de sus obras teatrales. La idea partió de Jean-Baptiste Viot (uno de los pocos que utiliza su nombre real) cofundador deUX cuando visitó el antiguo reloj en el 2005. Viot, relojero profesional que trabaja para la empresa de rejojes Breguet, convenció en septiembre a otros siete miembros de la UX para reunirse con él en la reparación del reloj.
Establecieron un taller en lo alto del edificio, justo debajo de su cúpula, en un piso donde nunca pasaba nadie (incluyendo guardias) «una especie de espacio flotante» salpicado por estrechas ventanas. Desde el exterior parecía una especie de platillo volante; desde el interior, un búnker.» El taller fue equipado con ocho sillones mullidos, una mesa, estanterías, un minibar, y unas cortinas de terciopelo rojo para mitigar la temperatura ambiente. Por la noche, subían las interminables escaleras, acarreando madera, brocas, sierras, equipos de reparación del reloj y todo lo necesario. Cambiaron el cableado eléctrico obsoleto. En total, pusieron de su propio bolsillo 4.000 € en materiales. Y en la terraza exterior construyeron una huerta.
Posteriormente subieron el reloj al taller donde primero lo limpiaron, luego pasaron a la reparación del mismo, reparando mecanismos, sustituyendo poleas y cables rotos, para finalmente fabricar una nueva rueda de escape y diferentes piezas de la masa del péndulo. A finales de verano de 2006 acabaron con la restauración y lo notificaron a las autoridades del Panteón para que si hiciesen cargo del mantenimiento del reloj, una vez restaurado el mismo. El director del Panteón no podía creer la historia. En 2007 la administración decidió demandar a UX, pidiendo hasta un año de cárcel para los miembros del grupo y 48.300 euros por daños y perjuicios. El juicio se celebró, duró veinte minutos y todos los miembros de Ux fueron absueltos.
La preocupación por la seguridad de los museos de París (En mayo de 2010 hubo un espectacular robo de cuadros en el Museo de Arte Moderno por valor de 100 millones de euros) ha llevado a UX a realizar un estudio sobre la seguridad del Museo de Arte Moderno, una preocupación no siempre compartida por las principales instituciones culturales de la ciudad. Así por ejemplo, después de que un miembro UX descubriese grandes fallos de seguridad en un gran museo, escribió un memorándum detallándolos, y lo dejó, por la noche, en el escritorio del director de seguridad. En lugar de solucionar los problemas, el director acudió a la policía, exigiendo presentar cargos contra los responsables. La policía se negó y no se tomó en serio esta demanda. Kunstmann asegura que nada ha cambiado desde el robo en el Museo de Arte Moderno, la seguridad sigue siendo tan mediocre como siempre, dice.

También se organizó una exposición de arte subterránea con réplicas de cuadros robados en un atraco de 2010. Foto: UX
Sin embargo, es difícil de cuantificar las acciones de Ux: el Grupo valora su secreto y sus conocidos éxitos sólo han sido revelados inadvertidamente. El público se enteró del cine subterráneo del grupo después de que la ex novia despechada de uo de los miembros se lo contase a la policía. Una célula de UX, La Mexicaine de Perforation (LMDP), construyó un cine subterráneo, Les Arènes de Chaillot, junto a la Cinémathèque Française. El grupo montó un festival de cine dedicado al tema de los «desiertos urbanos»-los espacios olvidados y subutilizados en la ciudad. Naturalmente, decididiron que el lugar ideal para un festival sería sólo un lugar abandonado. Escogieron un espacio bajo el Palacio de Chaillot, lugar que conocían y del cual gozaban de un acceso ilimitado. Se abrió un bar, un comedor, una serie de salones, y una pequeña sala de proyecciones que acomodó a 20 espectadores, y se llevaban a cabo festivales cada verano desde hace años. Todos los cines de barrio deberían ser así», comenta Kunstmann.
Los miembros de UX no son ni rebeldes, ni subversivos, ni guerrilleros, o luchadores por la libertad, no digamos terroristas. Ellos no reparan un reloj para avergonzar al Estado, ni se entretienien con sueños para derrocarlo. Todo lo que hacen está destinado para su propio consumo; de hecho, si de algo puede ser acusados, es de narcisismo. El grupo es en parte responsable del hecho de que sean mal comprendidos. Sus miembros reconocen que la mayoría de sus comunicados externos están destinados a la distracción — una forma de desalentar a funcionarios públicos u otro tipo de gente para que no se entrometan en sus operaciones.
Cuando se le pregunta a Kunstmann ¿Por qué se preocupan por estos lugares? Responde a esta pregunta con otras preguntas. «¿Tiene plantas en su casa?», pregunta con impaciencia. «¿Las riega todos los días? «¿Por qué les da agua?» «Porque», continúa, «de lo contrario, se echan a perder.» «Por eso son importantes estos iconos culturales olvidados » «porque tenemos acceso a ellos, los vemos». «El objetivo, dice, no es necesariamente hacer que todas estas cosas funcionen de nuevo. Si restauramos un refugio antiaéreo, no esperamos nuevos bombardeos para que la gente pueda ir a utilizarlo de nuevo. Si restauramos una de las primeras estaciones de metro del siglo XX, no nos imaginamos que Electricité de France nos pida transformar los 200.000 voltios a 20.000. No, sólo queremos llegar lo más cerca posible a un Estado que funcione «.
UX tiene una razón muy simple para mantener los sitios en secreto, incluso después de que hayan terminado su restauración: El mismo anonimato que originalmente les privó de cuidadores «es, paradójicamente, lo que los va a proteger después de los saqueadores y del graffiti», dice Kunstmann. Sabe que nunca llegará a la gran mayoría los sitios interesantes que necesitan restauración. Sin embargo, «a pesar de todo, la satisfacción de saber que algunos, tal vez una pequeña fracción, no desaparecen porque los habrán podido restaurarlos es una grandísima satisfacción».
Via Wired
Más referencias: les UX, Wikipedia
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