Una de las obras paradigmáticas de la arquitectura moderna, la villa Tugendhat de Mies van der Rohe, ha recuperdo su aspecto original gracias a una meticulosa restauración que ha durado dos años y que ha costado 8 millones $. En la restauración se incluyen obras de renovación de los interiores de lujo y el exuberante jardín.
La casa, construida en 1930 para Fritz Tugendhat y Greta en Brno, República Checa, es un ejemplo innovador de la arquitectura moderna, caracterizado por el uso de materiales modernos como el acero industrial, vidrio y hormigón armado para definir espacios interiores. La casa de acero y cristal presenta un plan abierto, de formas simples y grandes muros de cristal que conectan directamente el interior con el jardín exterior.
Los clientes
Fritz y Grete Tugendhat eran un matrimonio judío de ricos industriales textiles, gente acomodada que tenía el deseo de construirse una mansión sobre un terreno en la capital morava de Brno. Como regalo de bodas, Grete había recibido un terreno de unos 2000 m2 situado en la parte superior del jardín de la gran mansión de sus padres.
Brno era en aquella época uno de los centros de la arquitectura moderna; el hecho de que los Tugendhat se dirigieran a Mies se debe sin duda a la inclinación que sentían, en tanto que judíos bohemio-alemanes, por la cultura alemana. Grete Tugendhat había vivido algunos años en Berlín y frecuentado la casa Perls, proyectada por Mies, lo que la llevó, desde ese momento, a seguir de cerca la evolución artística del arquitecto. En los años 1928 y 1929, Mies realizó los dibujos técnicos de la casa que se empezaría a construir en 1929.
El dinero era lo de menos para los Tugendhat y le dieron carta blanca incluso en la decoración interior de la mansión. Este proyecto ofreció a Mies la posibilidad incomparable de materializar en detalle sus ideas arquitectónicas y de diseño de muebles sin ningún tipo de restricciones por parte de los clientes.
La casa: concepto
Mies van der Rohe desarrolla en la villa Tugendhat su concepción del plano libre, donde los espacios ligados a una función (comedor, escritorio, salón, etcétera) son definidos sin separaciones. Al igual que en el Pabellón de Barcelona, Mies empleó aquí el mismo principio de «planta libre» y «espacio fluido»; junto a las vigas cruciformes y cromadas utilizó de nuevo pantallas de piedras preciosas, como un bloque de ónice hasta el techo, que se extendía en paralelo a lo largo de la mansión y separaba la zona de trabajo de la sala de estar, así como un tabique semicircular revestido de madera de ébano de Macasar que preservaba la zona comedor del espacio restante. El espacio interior y el exterior parecen estar en contacto estrecho gracias a que gigantes cristaleras sobre marcos de acero reemplazan a los clásicos muros periféricos. Otros elementos adicionales, como cortinas de seda en tonos suaves y muebles, diseñados en su totalidad por Mies en colaboración con Lilly Reich, contribuyeron, además, a distribuir la zona principal de la estancia polivalente.
El contraste de la estructura de vidrio y acero, con su opulento interior y la belleza natural de sus alrededores se convirtió en un modelo del lujo moderno.Las dimensiones del edificio, los materiales empleados y, sobre todo, el importe económico documentaban de forma categórica no sólo su condición de obra de arte, sino también de palacete privado. Al parecer, el edificio costó diez veces más que la Villa Saboya de Le Corbusier construida en aquellos años y, de todos modos, cara. Tan sólo el precio del tabique de ónice se correspondía, al parecer, con el valor de una casa unifamiliar.
Historia
La mansión fue habitada por Fritz y Greta Tugendhat, junto a sus hijos, durante poco más de siete años. En 1938, poco antes de que el país fuera desmembrado tras el Pacto de Munich y ante la llegada de los nacionalsocialistas decidieron emigrar a Suiza. La mansión, en consecuencia, «propiedad judía abandonada» fue confiscada en 1939 por la Gestapo y en 1942, tras ser inscrita en el registro de la propiedad, fue cedida al Deutsches Reich. Durante los años que duró la guerra fue sede de la oficina técnica de la «Fábrica de motores de aviación Ostmark», perteneciente al Grupo Messerschmitt. En 1945, un regimiento de Caballería del Ejército Rojo se acuarteló en la mansión. Después de la guerra, la casa fue utilizada como escuela de baile y un centro de rehabilitación para un hospital de niños cercano, antes de ser renovado, aunque torpemente, en la década de 1980. En 2001 fue incluida en la lista del patrimonio universal de la Unesco.
Después de un período de extensa investigación sobre la construcción original, utilizando los planos de los archivos del MoMA y fotografías de la casa de la familia Tugendhat, la obra maestra de Mies ha recuperdo su aspecto original gracias a una meticulosa restauración. Las obras comenzaron en febrero de 2010 y la villa se reabrió al público el 3 de marzo 2012. La «casa moderna y espaciosa, con formas claras y sencillas» que Grete Tugendhat había soñado, ahora aparece tal y como Mies la había previsto. Sólo que ahora se ha convertido en un icono de un determinado modo de vida europeo de los años 1930, una visión muy por delante de su tiempo.
Fotografías: ©David Židlický
Muy visionarios!!